El crimen olvidado de los suizos de la colonia Cotito Boor de Panamá

El crimen olvidado de los suizos de la colonia Cotito Boor de Panamá
En el lugar de la tragedia ocurrida en 1941 se abrirá el parque y reserva natural de Chiriquí.
27-08-07


La trágica historia de la colonia de suizos alemanes establecidos en Renacimiento, provincia de Chiriquí, en Panamá ha salido de nuevo a luz, con ocasión de la próxima apertura de una nueva atracción turística y de un parque natural en el lugar de los hechos
.
En este bucólico territorio turístico, destinado a la observación de aves de especies en vías de extinción, ocurrió hace 67 años un episodio negro de la historia panameña que tuvo como protagonista a un grupo de colonos suizos establecidos en lo que hoy es la finca Cotito Boo.

Un libro como testimonio

El episodio recuerda, además, que en la década de 1930, Panamá también fue tierra de inmigración para numerosos suizos que dejaban sus empobrecidas campiñas en busca de un futuro mejor en tierras americanas. Pero en 1941 fueron alcanzados por los coletazos de la Segunda Guerra Mundial, y el grupo fue exterminado. Sólo algunos niños sobrevivieron.

Lo sucedido fue recogido en un libro de investigación, “Cotito, crónica de un crimen olvidado”, del jurista e historiador panameño Carlos Cuestas, quien hoy es magistrado del Tribunal Superior de David y presidente de la Academia Chiricana de la Historia.

La investigación relata en seis capítulos estos hechos, que durante muchos años habían permanecido ocultos en la historia panameña. La obra permite ahora encontrar las claves para entender lo sucedido.
Los hechos

Debido a la II Guerra Mundial, todos los extranjeros europeos residentes en territorio panameño fueron intimados por el gobierno a empadronarse en un registro especial en la capital. Ante sospechas provocada por la pequeña colonia, integrada por alemanes y suizos de expresión alemana, se les comunicó que serían trasladados para registrarlos.

Una mañana del 7 de julio de 1941, un destacamento de la Guardia Nacional irrumpió en la colonia para ejecutar la orden de traslado a Panamá. Según la versión oficial, los colonos se negaron a acatar la orden y opusieron resistencia armada, lo que provocó las represalias de los militares, que abrieron fuego contra ellos.

La balacera dejó 12 muertos: 8 suizos y 4 alemanes y varios heridos. Nueve eran hombres y tres eran mujeres. Los niños sobrevivieron gracias a que previendo un desenlace fatal, sus padres los escondieron en el bosque antes de la llegada de los militares.

Hablan los sobrevivientes
El periodista panameño Boris Gómez remontó la historia y dio con el paradero de los supervivientes, precisamente de los niños que se escondieron y que fueron testigos de los sucesos.

Marta Schapper, cuyo tío se había enamorado de una suiza y se fue a vivir a la colonia, cuenta que después de la matanza varios niños testigos fueron sacados a Estados Unidos, mientras se echaba tierra al asunto.

Según la versión recogida por Boris Gómez, el capitán del contingente militar Antonio Huff, habría llegado bebido al lugar y "más allá del deber, irrumpió con furia contra los hospitalarios colonos suizos-germanos, quienes, dirigidos por Karl Lenher, hombre muy afincado en sus principios religiosos, opusieron sólo resistencia pacífica”.

Otro testigo, es un anciano de nombre Roberto Muller, que habita en un lote baldío en las cercanías de la Policía Nacional de calle Quinta, en la ciudad de David. Muller por muchos años fue tildado de loco por los lugareños. La verdad de Muller es que es uno de los sobrevivientes de la tragedia de Cotito, explicó el periodista.
El “loco Müller” no olvida

"Él no está loco sino que fue uno de los niños que no fue sacado del país a Estados Unidos y permanece en Panamá", indicó.
A Muller, un verdadero personaje muchas veces lo reprendían por liberar a los animales en cautiverio y por su animadversión a los símbolos arnulfistas, pues Arnulfo Arias era el presidente de Panamá en 1941.

El periodista Boris Gómez manifestó en su programa de radio que su padre, Abel Gómez, un connotado fiscal de la época, quiso investigar el caso.

"No lo dejaron investigar y lo que hicieron fue trasladarlo. Era necesario ahogar la dura verdad de lo que ocurrió el 7 de julio de 1941". Pero la historia siempre será recordada, más ahora cuando Cotito será un parque nacional, sostiene.
Por su parte, Marta Schapper, explicó que sus abuelos llegaron a la zona y compraron la finca de uno de los descendientes de los ejecutados. "Les recordamos manteniendo una bandera de Suiza en el lugar", dice con respeto.

No lejos de allí, el “loco Müller” refugiado en su locura, también se niega a olvidar.

Swisslatin / Aldu

matador En mi opnion muy particular, no veo el motivo para que se le llame a eso un crimen

Palomita escribió:Oye Saltamontes! que te oriental exotico te tomastes antes de esta narracion???? ...quize responder este posteo pero no entendi naaaaahhh!!!


Saludos